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Es un juego de la "papa caliente" en el que los niños se turnan para pasarse el perrito y acariciarle la cabeza hasta que el perrito ladre, lo cual indica que es el turno del siguiente jugador. Con tanta atención, el perrito hará sonidos adorables... pero cuidado. Él adora las cariños, pero puede hacerse pis. Ganará el único jugador que no sea mojado por el perrito.